Juan de Urrutia nace hacia 1505. Era hijo de Juan Ortiz de Urrutia y sobrino de Sancho Ortiz de Urrutia, hermanos y mercaderes balmasedanos pioneros en el comercio con Indias después del descubrimiento. A la muerte de su padre en 1523 Juan se hace cargo del negocio y sigue comerciando desde Sevilla con la otra orilla del Atlántico, con ayuda de su primo, instalado en Indias, también llamado Juan de Urrutia, hijo de Sancho Ortiz de Urrutia. De esta manera los dos primos continuarán el esquema comercial que iniciaron sus padres. Ambos prosiguen haciendo negocios; Juan desde Sevilla hace regularmente envíos a Veracruz, donde su primo Juan tenía una de sus bases comerciales. A las mercaderías ordinarias de enseres, oro, plata, harinas, vinos, aceites, sedas, lienzos, armas etc., se va a añadir a partir de 1525 la trata de esclavos.
Soltero, sin mujer y sin hijos, Juan era a sus 40 años, un hombre rico con una fortuna estimada en 60.000 ducados. Años atrás había pedido permiso al Cabildo de Balmaseda, para construirse una capilla con su panteón en la parroquia de San Severino, que se le concede en 1534. Encarga la tarea al arquitecto cántabro Juan de Rasines. Las obras duran hasta 1541 y el conjunto constituye una obra maestra del gótico renacentista vasco. El retablo plateresco del altar representa un calvario con imaginería de la escuela del escultor franco flamenco Guiot de Beaugrant. Juan de Urrutia fallece en 1549 y será enterrado en su Capilla del Santo Cristo de la Misericordia.
Texto: Julia Gómez Prieto.